Articulo 11 de la Constitución
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La nacionalidad española se adquiere, se conserva y se pierde de acuerdo con lo establecido por la ley.
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Ningún español de origen podrá ser privado de su nacionalidad.
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El Estado podrá concertar tratados de doble nacionalidad con los países iberoamericanos o con aquellos que hayan tenido o tengan una particular vinculación con España. En estos mismos países, aun cuando no reconozcan a sus ciudadanos un derecho recíproco, podrán naturalizarse los españoles sin perder su nacionalidad de origen.